En un
reciente número de
Archaeology
Magazine,
Farouk El-Baz, de la
Universidad de Boston, sugiere que las tres grandes
pirámides de la Meseta de Giza pudieron haber sido modeladas
después de que aparecieran de manera natural las colinas
cónicas encontradas cerca del Oasis de Kharga, a unas 150
millas al oeste de Luxor. Él también observa que el
jeroglífico que significa “colinas del desierto” tiene una
forma puntiaguda. (1)
Al
otro lado del globo, en el alto desierto del sudoeste
americano tres grandes montañas que se elevan del
San Francisco
Peaks
recuerdan
de manera extraña e inquietante la tríada egipcia. El cono
de carbonilla basáltica de Humphreys Peak (de 12.633
pies de altura, el punto más alto de Arizona) domina este
paisaje árido. El ligeramente más bajo Agassiz Peak
(de 12.356 pies) está aproximadamente a una milla y media
justo al sur, mientras que Fremont Peak (de 11.969
pies) se encuentra a una milla más al sudeste.
Estas
montañas son el hogar de invierno de los kachinas de los
Hopi, espíritus intercesores entre las deidades y los
humanos, en lugar de dioses per se. Ellos pueden
tomar la forma de cualquier objeto o energía del universo.
Poco después del solsticio de invierno estos seres divinos
viajan a las tres colinas de los Hopi a unas 70 millas al
nordeste. Allí ellos ayudan en la germinación y crecimiento
del maíz, calabaza, frijoles y otros cultivos durante la
primavera y comienzos del verano.
Desde
fines de abril hasta julio los hombres Hopi se ponen
máscaras kachina, no personifican a estos auxiliadores
espirituales sino que se convierten en realidad en ellos.
Bailando desde el alba hasta el crepúsculo en la plaza del
pueblo bajo el brutal sol del desierto, ellos sonsacan la
humedad de las pocas nubes que flotan en lo alto. Luego,
con la llegada de los monzones entre mediados a fines de
julio, los kachinas regresan a su hábitat montañés por el
resto del año. (Ver mi breve ensayo sobre "La estrella
Kachina de los Hopi" en
http://www.theorionzone.com/star_kachina.htm y
http://www.antiguosastronautas.com/articulos/David04.html
)
La
relación entre las colinas del desierto egipcio y las tres
monumentales pirámides puede ser similar a esa entre las
montañas volcánicas de Arizona y las tres enormes colinas
donde se establecieron los Hopi hace aproximadamente 900
años. Aunque las colinas son formaciones naturales en vez de
estructuras hechas por el hombre, los pueblos construidos
sobre ellas consagran la geografía circundante.
El centro
del universo Hopi, llamado Tuuwanasavi , comprende la
Primera Colina, la Segunda Colina, y la Tercera Colina. Como
las pirámides de Giza, esta área corresponde a las tres
estrellas del cinturón de Orión, que es el centro visual y
corazón espiritual de la constelación. (Ver mi artículo en:
http://www.grahamhancock.com/forum/DavidGA1.php ) Las
colinas hacen las veces de zigurats naturales,
alzando al suplicante más cerca de las fuerzas celestiales
que deben ser apaciguadas para obtener la bendición de la
lluvia.
El
estudioso Vincent Scully explica la importancia cultural de
estas formaciones de tierra:
“Una
vez que vemos las colinas como más que simplemente escogidas
por el hombre sino casi prácticamente construidas por el
hombre – o terminadas por el hombre por lo menos, como los
Hopi lo ven - , su verdadera magnitud en la cultura Hopi se
abre a nuestra comprensión. Recordamos por otra parte que no
hay ninguna distinción semántica para los Hopi entre los
trabajos de la naturaleza y aquéllos de la humanidad. De ahí
que la colaboración de las colinas es entre seres
conmensurables. Los Hopi son uno con la piedra.”
(2)
Para los
Hopi la elección y terminación de las colinas es equivalente
a la construcción de las pirámides de Egipto o las pirámides
escalonadas de Mesoamérica.
El antiguo petroglifo hopi que representa “la colina” o “la
nube de lluvia” es una pirámide escalonada, copia exacta del
jeroglífico egipcio de la escalera doble. La palabra egipcia
Aatt quiere decir la necrópolis de la región de la
pirámide y el Otro Mundo. Se forma usando el
jeroglífico de la escalera doble y el jeroglífico de las
colinas puntudas del desierto arriba mencionadas. (3)
Las almas
de los faraones tomaban vuelo desde sus pirámides hacia las
estrellas del mismo modo que los místicos kachinas remontan
el vuelo sobre las nubes de tormenta. La palabra hopi
aatsava significa “entre” y la palabra afín atsva
significa “sobre” o “en la cima,” enfatizando de ese modo la
verticalidad de la colina/pirámide. Por cierto, el principal
ejemplo egipcio de la pirámide escalonada se encuentra en
Saqqara. La palabra hopi saaqa significa “escalera de
mano” o “escalera de tijera.”
En ambas
culturas, egipcia y hopi, las pirámides tienen una
asociación aviaria. El pájaro Bennu, también conocido como
el fénix, fue a veces representado como una garza gris
posada encima de una pirámide u obelisco. Periódicamente
regenerada de sus cenizas, esta ave sagrada es un símbolo
primordial de la vida eterna.
El Bennu jugó incluso un papel
decisivo en la creación del cosmos. Los Textos de Shu
describen “... ese aliento de vida que surgió de la
garganta del Pájaro Bennu, el hijo de Rê en quien Aton
apareció en la nada primigenia, la infinidad, la oscuridad y
en ninguna parte.” (4) Subiendo del abismo primordial,
el hikê (aliento de vida) es llevado en el pico del
sagrado pájaro del renacimiento. Es quizá más que una
coincidencia que la palabra hopi hik'si recuerde
fonética y semánticamente a la palabra egipcia
hikê.
La
poderosa imagen de un pájaro encaramado en la cúspide de una
pirámide también aparece en un artefacto hopi. A principios
del siglo veinte, cerca de la actual ciudad de Winslow,
Arizona, el renombrado arqueólogo Jesse Walter Fewkes
desenterró una losa que cubría una tumba en
Chevelon Ruin.
(5)
Sobre un
lado de la losa pintada un borde rectangular blanco con
negro en la parte de afuera circunda tres triángulos
isósceles o pirámides de tamaño casi igual. Sobre un fondo
amarillo cada una de estas pirámides negras contiene un
cuadrado blanco ubicado cerca de la base. Un pájaro rojo,
quizá un guacamayo o un loro, está posado sobre todas estas
pirámides. Cada uno de los pájaros estilizados tiene un
cuerpo triangular, cuya base forma su lado dorsal. El
vértice del cuerpo (donde estarían sus patas) toca el
vértice de cada pirámide. Sólo el pájaro del centro tiene
ojos. Enfrentando al derecho, todos ellos tienen se las
colas bifurcadas y picos curvados.
Los cuatro
colores usados en esta losa son los tradicionales colores
direccionales de los Hopi: amarillo (noroeste), negro
(sudoeste), rojo (sudeste), y blanco (nordeste). (6)
¿Cuál es
el significado de estas figuras? Fewkes sugiere que los
triángulos son simplemente nubes de lluvia. El cuadrado
blanco en el corazón de cada pirámide significa el espacio
interior, quizás una especie de averno. Las tres pirámides
indican posiblemente los tres promontorios principales de
San Francisco
Peaks
así como
las tres colinas hopi.
El exótico
loro o guacamayo de color escarlata representa la humedad de
las selvas tropicales allá lejos al sudeste, la dirección
simbólicamente implicada por su rojez. Ésta también es la
región de las pirámides escalonadas mayas. Usado en la
fabricación del bastón de oración y otras ceremonias, las
plumas multicolores de estos pájaros pueden simbolizar el
nadir, la dirección del averno de “muchos colores.” (7). Se
han encontrado cuerpos enteros de loros y guacamayos en
sitios funerarios en todo el sudoeste.
Fewkes también descubrió otras
losas sepulcrales en Chevelon con agujeros circulares
en ellas, que iban desde el grosor de un palo de escoba
hasta la anchura de un brazo. Un tanto condescendiente con
respecto a los modernos Hopi, él comenta sobre su propósito:
“Se han propuesto explicaciones más o menos imaginativas
para estas piedras perforadas, una de las cuales fue que la
piedra había sido puesta sobre el cuerpo y el agujero en
ella era para el escape del alma o el aliento del cuerpo.”
(8). Dada esta evidencia, los tres pájaros sobre sus
pirámides en Arizona muy probablemente desempeñaban la misma
función que cumplía el alma en viaje del Bennu en Egipto -
la omnipresente búsqueda de la inmortalidad.
La
iconografía del Bennu también es asociada con la Benben,
una piedra cónica negra, posiblemente meteórica, utilizada
como piramidión, o ápice de una pirámide. La palabra
egipcia ben denota tanto el nominativo “semilla” o
bien “semen” y el infinitivo “copular” o “fecundar” - todos
particularmente pertinentes al obelisco fálico. (9).
Además, la
cognada ben-t significa “cinto, cinturón, faja” (10)
y podría referirse indirectamente al cinturón de Orión.
Alnitak, la estrella más oriental del cinturón,
significa literalmente “La Faja”. Ésta equivale a la Gran
Pirámide, o Khufu (Keops), en Egipto y a la Primera Colina
en Arizona. Mintaka, la estrella más occidental, es
llamada “El Cinturón.” (11). Equivale a la pequeña pirámide
de Menkaure (Micerinos) en Egipto y a la Tercera Colina de
Arizona.
Como con
toda omnipotencia verdaderamente divina, los aspectos
positivos son contrabalanceados con lo negativo. De ahí que
la palabra ben también significa “mal, maldad”, y las
palabras ben-t o benut también pueden hacer
referencia a “pústula, forúnculo, absceso, o pus” (12) -
todos los cuales son atributos del dios hopi del Averno y la
muerte, Masau'u. No existe el sonido de la “b” en el idioma
de los Hopi, pero la palabra afín poengoe significa
“forúnculo” o “absceso.”
Si han
servido o no las colinas del Sahara con forma de pirámides
como modelos para las enormes estructuras de Giza es algo
que todavía se debate. Porque los hogares de invierno y
verano de los kachinas son el San Francisco Peaks
y las Colinas Hopi respectivamente, es que esta tribu
reconoció la muy probable relación entre las tres montañas
naturales y las tres Colinas sacralizadas. De modo parecido,
estas Colinas reflejan las tres estrellas del cinturón de
Orión.
Las correlaciones abundan, en
la tierra y en el cielo. Vivir entre los dos reinos en este
inmenso desierto es sentir hondo en los huesos de uno la
máxima hermética
“Como es arriba, así es abajo”.
Notas
1. Archaeology, Volume 54, Number 2, March/April 2001.
Ver también: http://www.bu.edu/bridge/archive/2001/04-20/elbaz.html
2. Vincent Scully, Pueblo: Mountain, Village, Dance
(Chicago: University of Chicago Press, 1989), pp. 379-380.
3. A. E. Wallis Budge, An Egyptian Hieroglyphic Dictionary,
Vol. 1, (New York: Dover Publications, Inc., 1978, 1920), p.
113.
4. R.T. Rundle Clark, Myth and Symbol in Ancient Egypt (New
York: Thames and Hudson, 1991, 1978, 1959), pp. 245-246.
5.
Ocupado entre los años 1280 y 1380 A.D., este pueblo de 300
habitaciones era un satélite del mucho más grande Homol'ovi
Ruin a 12 millas al noroeste, que corresponde a Betelgeuse,
el hombro derecho de Orión.
Chevelon Ruin
está justo al sur a casi 60 millas del pueblo Hopi de
Shungopovi en la Segunda Colina que corresponde a Alnilam,
la estrella del medio en el cinturón de Orión. A casi 60
millas exactamente al norte de Shungopovi está el precipicio
de Betatakin Ruin que corresponde a Rigel, la pierna
izquierda de Orión. El método para establecer esta precisa
línea norte/sur que se extiende por 120 millas es
desconocido. Además, la línea entre Chevelon y Shungopovi
forma la base de un triángulo equilátero, cuyo vértice está
casi a 60 millas al oeste en
Sunset Crater,
un cono de carbonilla volcánico de 1.000 pies de alto. Hizo
erupción intermitentemente entre 1064 y 1250 A.D. y luego se
puso inactivo.
6. Jesse Walter Fewkes, “Two Summers’ Work In Pueblo Ruins,”
Twenty-Second Annual Report to the Bureau of American
Ethnology, 1900-1901 (Washington, D.C.: Smithsonian
Institute/Government Printing Office, 1904), pp. 104-106 and
Pl. XLVI.
7. Watson Smith, When Is a Kiva and Other Questions About
Southwestern Archaeology, Raymond H. Thompson, editor
(Tucson: The University of Arizona Press, 1990), p. 150.
8. Fewkes, Twenty-Second Annual Report, p. 106.
9. Robert Bauval and Adrian Gilbert, The Orion Mystery:
Unlocking the Secrets of the Pyramids (New York: Crown
Publishers, Inc., 1994), pp. 16-19, pp. 197-204.
10. Budge, An Egyptian Hieroglyphic Dictionary, Vol. I, p.
217.
11. Richard Hinckley Allen, Star Names: Their Lore and
Meaning (New York: Dover Publications, Inc., 1963, 1899), p.
314.
12. Budge, An Egyptian Hieroglyphic Dictionary, Vol. I, p.
216 and p. 217.
EL AUTOR
es investigador independiente y escritor. Ha publicado
varios artículos en el campo de la hipótesis del Antiguo
Astronauta en diversas revistas especializadas y es además
autor de dos libros: The Orion Zone y Eye
of the Phoenix.
©
Gary A. David, 2007-2009 – Todos los derechos reservados
Traducido y publicado con autorización expresa del autor
Prohibida su reproducción sin permiso del autor.
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