A lo largo de la
historia de nuestra especie, desde el Australopithecus-Lucy al
ser humano de hoy, la curiosidad ha sido la fuerza conducente
de nuestra lucha por el conocimiento y comprensión de nuestro
mundo y nuestros orígenes. El hombre ha establecido
innumerables métodos y enfoques para adquirir la información y
el conocimiento acumulado desde la época de Lucy, hace tres
millones de años en Hadar, Etiopía.
Los hemos
compartimentado con títulos como física, química, psicología,
educación, antropología, arqueología, escritura, matemática, y
muchos más. La curiosidad subyace en todos ellos. Los seres
humanos necesitan saber y entender.
Sin embargo, la
mayoría de nosotros está inclinada, debido a intereses
personales, a ser selectiva en lo que necesitamos saber. Esta
inclinación nos pone en caminos diferentes en nuestra
persecución de conocimiento. Desgraciadamente, nuestra
diversidad de intereses nos enfrenta demasiado a menudo a unos
contra otros. Esta es la razón por la cual las ideas que no
concuerdan con la actual red de creencias de la sociedad son
tan a menudo objeto de burla como fue el caso cuando Einstein
postuló la teoría de relatividad.
Nuestro sistema de
estudios, como opuesto a la educación, nos condiciona a
ponerse cómodo con el actual y popular grueso de hechos e
inculca una tendencia a ver las nuevas ideas con cierta dosis
de cinismo. Como Einstein tan oportunamente lo expuso:" No
se enorgullezca usted de los pocos grandes hombres que,
durante siglos, han nacido en la tierra sin ningún mérito
suyo. Reflexione más bien, en cómo los ha tratado usted en ese
momento, y cómo ha seguido ahora sus enseñanzas."
La historia
demuestra que la incapacidad para aceptar las nuevas ideas es
una característica tan fuerte como es la curiosidad. Pero como
en el caso del viejo adagio,
"la curiosidad mató
al gato", la curiosidad también ha puesto al hombre en muchos
problemas cuando, como cavernícola, su modo de comunicación
avanzó más allá de una serie de gruñidos en un esfuerzo por
explicar los sucesos y fenómenos de su medio ambiente que él
no entendía. El hombre ha sido y todavía es víctima de un
lenguaje no verificable. Hace afirmaciones sobre
eventos más allá de su comprensión que no pueden probarse,
como las afirmaciones teístas, conceptos, y creencias que
apelan a incognoscibles e inmateriales dioses como fuente de
esos acontecimientos.
En los años
setenta, muchos antagonistas, incluso Carl Sagan, por entonces
no muy conocido pero el más categórico entre ellos,
ridiculizaron a Erich von Däniken y los teóricos de la
hipótesis del antiguo astronauta intentando relegarnos a esa
categoría de creyentes. Uno pensaría que los científicos
sabrían la diferencia entre lo que es y no es comprobable. Yo
no tengo ninguna duda de que Sagan era una de esas personas y
debo decir que tengo gran admiración por sus contribuciones al
avance de la exploración en el Espacio. Sin embargo, me siento
profundamente decepcionado por el daño que hizo; él debería
haberlo sabido bien. Pero usando a von Däniken en su esgrima,
él consiguió mucha atención. Ridiculizando injustamente a
Erich y la hipótesis del antiguo astronauta, él enormemente,
pero sólo temporalmente, causó generalizadas respuestas
negativas a la hipótesis. A pesar de sus esfuerzos, sin
embargo, él ayudó inconscientemente a poner el basamento para
su aceptación, como demostraré en breve.
En el auge del
escepticismo científico, una pregunta era hecha a menudo por
los escépticos: "¿Por qué los antiguos astronautas se
molestarían en viajar billones de años de luz para alcanzar
otros mundos? Uno podría contestar:"¿Por qué molestarse en
subir el Monte Everest?" "¿Por qué molestarse para hacer algo
que no parece tener un valor "práctico”?" Claro, uno puede
ofrecer respuestas así, entre muchas, como "para ver si puede
hacerse" o "para ver si el césped es muy verde al otro lado de
la montaña." Pero esa pregunta era aplicada a nosotros, la
curiosidad no es la única respuesta. Por ejemplo, podríamos
contestar: “para reabastecer recursos", "para extraer
minerales de otros cuerpos estelares", "para contrarrestar la
superpoblación", "para buscar nueva información", "para
comunicarse con otras civilizaciones", "para resolver el
misterio de lo que sembró la vida y/o la inteligencia en la
Tierra", "para sobrevivir como especie", "para buscar
aventura", "para satisfacer una sed de conocimiento por su
propio bien", "para experimentar la belleza, la
espiritualidad, e incluso el sentido de misterio que penetra
nuestra persecución de conocimiento", o en las palabras de
Star Trek, "para ir audazmente adonde nadie ha ido antes."
Se requiere poca imaginación para concebir otras innumerables
razones para molestarse en ver lo que está allí afuera en el
Universo. Pero, más que eso, el hombre, como especie, no puede
tolerar "no saber." Los misterios no pueden permitirse
permanecer no resueltos. Ellos son la fuerza motivadora de su
curiosidad. Si él se resistiera a ahondar en ellos, nunca
podría levantarse fuera de los pantanos de la ignorancia. Y si
uno estudia la historia de nuestra persecución de
conocimiento, uno encontrará que también ha sido un proceso de
descubrir qué tan poco sabemos.
Anteriormente, hice
alusión a que una de las razones para viajar en el espacio
podría ser "resolver los misterios de lo que sembró la vida
y/o la inteligencia en la Tierra" Ésa es una idea que
recientemente se ha mencionado hace algunos meses en términos
de burla en los medios de comunicación, como "la descabellada
procedencia de Clonaid, una compañía privada (que) tiene lazos
con los Raelianos, una secta religiosa que cree que los
humanos fueron creados mediante ingeniería genética por seres
espaciales.”
Clonaid afirma
haber clonado a un bebé pero no ha presentado ninguna
evidencia de haberlo hecho. Los Raelianos creen, pero no
ofrecen ninguna prueba, que la inteligencia en la Tierra se
sembró en nuestros antepasados cavernícolas a través de la
ingeniería genética. Ellos confunden la creencia con el hecho.
Tales creyentes deben de haber adquirido este hábito en los
regazos de las autoridades teístas que, a lo largo de la
historia del hombre, hicieron afirmaciones de sus doctrinas
que no pueden ser verificadas - o falseadas. Sin embargo, los
teístas de las grandes religiones del mundo no se sostienen
por ridiculizar. Si puedo hacer una pregunta retórica, ¿por
qué es eso? Por favor, no me entienda mal. Yo no estoy
defendiendo a los Raelianos. No tengo simpatía por nadie que
hace afirmaciones y se niega a ofrecer la evidencia para
ellas.
Permítame
considerar el problema de la fuente de nuestra inteligencia.
Los teóricos de la evolución, de los cuales yo soy uno,
atribuyen a la teoría que ésta se desarrolló en nosotros aquí
en la Tierra. Toda la evidencia que ha sido reunida apunta a
esa condición. Pero hay una salvedad a la que le debemos dar
seria consideración. La historia ha demostrado que la
evidencia adquirida en el pasado muy frecuentemente resulta,
por la información reunida años después, ser falsa o por lo
menos inadecuada. La evidencia nunca es el todo
y, por lo tanto, sólo es probable. Según la evidencia
disponible, la evidencia absoluta es un falso
concepto. Debemos evitar el decir, con certeza absoluta, que
nuestra inteligencia es un resultado de procesos evolutivos.
Nuestros
científicos han dado grandes pasos en ingeniería genética. ¿Es
probable, o por lo menos posible, que algún día en el futuro
lejano, cuándo ellos hayan dado pasos aun mayores, nuestros
astronautas viajarán en naves espaciales hacia planetas
distantes? ¿No podemos suponer que ellos impondrán sus
habilidades en ingeniería sobre las inteligencias primitivas,
a menos claro que haya una "primera directiva" que prohíba
nuestra interferencia con su desarrollo evolutivo? Después de
todo, nuestros científicos ya están usando esas escasas
habilidades aquí en la Tierra. El punto de mi argumento es que
no hay ninguna duda de que la ingeniería genética no sólo es
posible sino que está siendo practicada.
Mucha de la
evidencia que usted ha reunido, por más circunstancial que
sea, sugiere que nosotros podríamos haber sido visitados por
antiguos astronautas. Si ése es el caso, en alguna etapa de la
historia de la Tierra cuando los cavernícolas no habían
alcanzado un alto nivel de inteligencia, es posible que en
alguna parte entre el rango del Australopithecus Afarensis,
hace 3 millones de años, y el hombre de Cro-Magnon, hace
40,000 años, los antiguos astronautas puedan haber realizado
su “milagro" de ingeniería genética y, luego, dejar que el
homo sapiens de las arregle solo.
Los visitantes
sabían por su propia historia de desarrollo evolutivo que
tomaría incontables milenios antes de que nosotros acabáramos
de destrozar la Tierra y matarnos unos a otros. Incluso ahora,
ellos pueden estar inspeccionándonos periódicamente para ver
si hemos sobrevivido a nuestros instintos salvajes. Con sus
medios de vigilancia superiores, ellos supondrían que habría
poco peligro de ser descubiertos o no les preocuparía si lo
son. ¿Improbable? Podría ser. ¿Imposible? De ninguna manera.
Algunos escépticos
pueden rebatir,"Bien eso es apenas posible." Esa
réplica simplemente no funcionará. Así como una mujer no puede
estar casi embarazada, así también, los eventos no
pueden ser escasamente posibles. Aunque puedan ser
escasamente probables - o no, ellos son posibles o no. Es
indispensable que mantengamos una mente abierta sobre lo que
es posible, sin embargo mucho podemos considerarlo improbable
debido a nuestra presente acumulación limitada de
conocimiento.
Considerando que
hay inteligencias no-humanas aquí en la Tierra en ambientes
hostiles para el hombre, como nuestros océanos y selvas, ésa
es seguramente evidencia clara de que los ambientes hostiles
en los planetas distantes podrían albergar, si no vida
inteligente, por lo menos los componentes básicos necesarios
para la evolución de entidades biológicas. Después de todo,
nosotros tenemos buena razón para creer que los objetos
extraterrestres, que impactan nuestro planeta, fueron los
mayores factores en el transporte de las semillas de la vida a
la Tierra.
Hasta que los
científicos empezaron a descubrir evidencia de la existencia
de otros planetas, algunos se atrevieron a pensar en la
posibilidad de vida extraterrestre no sólo inteligente. Dentro
de la comunidad científica, y en muchas otras profesiones, uno
se arriesgó dañando su carrera para hacerlo. Era estrictamente
tabú. Sin embargo, cuando el hombre finalmente superó su más
grande presunción de que él solo pobló el Universo, los
científicos empezaron cautamente a admitir que probablemente
hay vida extraterrestre, y más tarde, vida inteligente,
posiblemente incluso superior a nosotros.
Se informa que en
los tempranos años sesenta, la Academia Nacional de
Científicos le solicitó al Dr. Frank Drake, un profesor
emérito de astronomía y astrofísica, después conectado con la
NASA, acordar una reunión de científicos mundiales para
discutir la posibilidad de la existencia de vida
extraterrestre. Según Drake, no más de doce se presentaron.
Los astrónomos, en ese momento, incluso dudaban de que
existieran otros planetas. Por consiguiente, por los años
setenta, casi nadie consideraba el envío de mensajes al
espacio exterior.
Para nuestro gran
placer, la NASA y SETI son ahora los entusiastas que se
encargan de eso, gastando muchos millones de dólares a pesar
de la sumamente escasa oportunidad de éxito. Incluso el
Voyager Explorer, que viaja ahora más allá del límite de
nuestro Sistema Solar, lleva nuestros saludos. No debería
sorprendernos que ellos sepan algo que no están compartiendo
con el público.
Sin embargo,
demasiados científicos, incluso hoy, no muestran interés y
todavía se resisten a admitir cualquier posibilidad de que
hayamos tenido visitas del espacio exterior. Ellos rechazan la
inmensa cantidad de trabajo de arte histórico que representa a
platillos voladores, las descripciones documentales de
contacto personal directo en los grandes libros religiosos, y
observaciones actuales de personas inteligentes y creíbles
muchas de la cuales sostienen haber sido raptadas por
extraterrestres. Algunas fueron hipnotizadas o pasaron con
éxito las pruebas del polígrafo hechas por profesionales muy
especializados. No parece haber ninguna contradicción entre
las afirmaciones y los resultados de la hipnosis y lecturas
del polígrafo. En mi conocimiento, no hay ninguna certeza de
que hemos sido visitados, pero yo, personalmente, no estoy
calificado para pasar el juicio sobre la veracidad de aquellos
que sostiene que lo somos.
No obstante, están
aquellos que buscan arrojar sospecha sobre la credibilidad del
contundente informe, EL DÍA DESPUÉS DE ROSWELL, escrito
por coronel Philip J. Corso, condecorado y altamente honrado
oficial (ahora fallecido) de la jerarquía militar. Su
grabación del acontecimiento de Roswell y sus repercusiones
no sólo está basada en la experiencia y conocimiento personal
sino también en los copiosos documentos del acta – de –
libertad – de - información. Él explicó con lujo de detalles
el encubrimiento oficial del misterioso accidente ocurrido en
las afueras de Roswell, Nuevo México, en el verano de 1947.
Cito de la
sobrecubierta del libro, él "... fue puesto al mando de uno de
los presupuestos altamente clasificados de desarrollo de armas
del Pentágono y tuvo conocimiento del más grande secreto del
gobierno americano: el desmantelamiento y apropiación de la
nave espacial extraterrestre de Roswell por el ejército." “El
coronel Corso reveló cómo un consejo encubierto discontinuó
oficialmente todos los informes de UFO al público americano, y
despejó el camino para su equipo de I&D (es decir,
Investigación y Desarrollo) en el Pentágono para analizar e
integrar los artefactos de Roswell en el arsenal militar y en
el sector comercial privado. "
Corso describió
cómo él repartió la tecnología de la nave espacial a compañías
tales como IBM, Bell Labs, Hughes Aircraft y Dow Corning para
el estudio y desarrollo. Ninguno de ellos sospechó la fuente
de ésta. Los dispositivos alienígenas, citando de nuevo la
sobrecubierta,"... fueron los precursores para los chips de
circuito integrado de hoy, las fibras ópticas, los láseres,
fibras de excelente resistencia," la capacidad de visión
nocturna, y muchos otros para citar aquí, qué ahora le
permiten al presidente Bush amenazar y luego invadir Irak con
la fuerza del ejército más poderoso de la Tierra.
Junto con los datos
pertinentes, empezando en la página 29 de su libro que
continúa en su capítulo titulado," Los Artefactos de Roswell,"
Corso dio descripciones vívidas y chocantes de un ser
extraterrestre, flotando en un ataúd, a menudo se aludía a él
por su nombre en clave,"el paquete," lleno con un líquido
especial. Pero, este libro tiene un giro interesante. Según
Corso, él no vio de hecho el cuerpo de un alienígena. Sin que
él lo supiera, su editor agregó la falsa información para
suscitar interés en el libro.
Corso describió con
gran detalle las extremas precauciones tomadas para mantener
el evento de Roswell en secreto bajo la amenaza de severas
consecuencias. Refiriéndose a los "cucos del contraespionaje
del ejército" que pusieron mucho esmero en atemorizar a los
leales ciudadanos americanos de las comunidades circundantes
para que permanecieran callados, él describió gráficamente
cómo se destruyeron carreras, se asustaron a los niños, y, en
general, se destruyeron vidas.
Él identificó a
mucho personal militar involucrado y valientemente los enumeró
por nombre desde soldados rasos, a sargentos, generales, y
presidentes. Hasta el momento, hasta donde yo sé, antes de su
muerte nadie lo había demandado. Según los informes de
Internet, sin embargo, sus enemigos, poco después de su
muerte, hicieron numerosos intentos subrepticios de
difamación. De toda la crítica de salón que yo he leído, hay
sin embargo una notable ausencia de referencia a los
documentos del acta – de – libertad – de – información.
Recientemente, no
obstante, cincuenta años después del acontecimiento, el canal
de TV History Channel presentó un segmento titulado "Roswell:
Desclasificación final," en su serie UFOs: Entonces y Ahora.
En él y esperando disipar el misterio y convencer al público
de que no hubo ningún encubrimiento gubernamental relacionado
con la existencia de UFOs o seres extraterrestres, el gobierno
revela documentos sobre sus proyectos experimentales
confidenciales que según dicen se estaban desarrollando hace
medio siglo. Los únicos documentos dados a conocer por el
gobierno, que se relacionan con el incidente de Roswell,
fueron los registros oficiales sobre la posición del gobierno
sosteniendo que los informes del incidente de Roswell fueron
malas interpretaciones de sus programas experimentales.
Brillando por su ausencia, sin embargo, a menos que yo me haya
perdido una parte, estaba la falta completa de referencia al
muy respetado Coronel Philip J. Corso, su libro, El día
después de Roswell, su versión del incidente de Roswell y
el encubrimiento gubernamental de éste.
Sin embargo, la
verdad que Corso pone al descubierto sobre el encubrimiento al
que él alude está extraordinariamente apoyada por un
significativo número de investigadores privados. Es más, ahora
hay disponibles en Internet muchos documentos que fueron
liberados y/o filtrados por personas desconocidas - algunos de
los cuales fueron rotulados como “máximo secreto”. Y, aunque
hay escépticos que declaran que los documentos no son los
originales y por consiguiente no pueden ser auténticos, los
investigadores no sólo sostienen que ellos poseen algunos
originales sino que están llevando a cabo pruebas que
demuestran que las copias son réplicas auténticas de los
originales.
Usted puede hacer
una búsqueda en Internet de la documentación “Majestic” y
descargar copias de algunos de los documentos, y/o comunicarse
con la estación de televisión Sci-Fi, canal 224 (en EUA.).
Pregunte sobre su presentación de “Majestic Twelve”. Allí
encontrará referencias a personas famosas desde Einstein,
pasando por nuestros propios astronautas, hasta el presidente
Truman todos los cuales han admitido las visitas de
extraterrestres.
En el pasado,
teniendo en cuenta los relatos de horror de Hollywood y de los
escritores de ciencia ficción, la idea de alienígenas llegando
a la Tierra causó mucho temor, justificando el secreto. Pero
hoy, muy pocos se inquietan por la posibilidad de que los
alienígenas nos visiten, gracias, probablemente, a los
esfuerzos de los teóricos del “antiguo astronauta”. Ahora, es
el momento para que la verdad sea admitida y revelada
oficialmente por el gobierno.
La conclusión a ser
deducida de todo esto es que si los extraterrestres están
visitándonos en la actualidad, y la evidencia sugiere que por
cierto lo están haciendo, es muy probable que ellos nos hayan
visitado en el remoto pasado.
Pero para la
pregunta, " ¿Por qué los antiguos astronautas se molestarían
en viajar billones de años luz para localizarnos?" permítanos
considerar la advertencia de Shakespeare a Horacio," Hay más
cosas en el Cielo y la Tierra... que las que soñó en su
filosofía." La reciente hipótesis sugiere que hay más sobre
nuestro continuo espacio-tiempo de lo que sabemos. Después de
todo, nosotros basamos nuestro conocimiento científico en poco
más de un par de siglos de investigación científica. Compare
nuestro mínimo conocimiento científico con aquel de una
posible civilización extraterrestre con cien mil años de
investigación. Basado en la matemática de su tiempo, Einstein
postuló la existencia de agujeros negros que succionan toda la
materia cercana, no permitiendo ni siquiera a la luz escapar.
Hay pruebas verosímiles de que él tenía razón. Pero algunos
científicos, son como culpables de hacer afirmaciones que, por
lo menos a los no científicos, les parecen tan improbables
como ellos insisten que es la hipótesis del antiguo
astronauta.
Considere por
ejemplo la idea del viaje en el tiempo, el viajar a un lugar y
tiempo, en el pasado, donde la Tierra estaba a un billón de
millas de donde ella y usted existen ahora, y mirándose nacer
- no sólo de viaje hacia atrás a otros tiempos, repetidamente,
en intervalos de un minuto, y mirándose a sí mismo mirándose
nacer, ad infinitum. Con las sombras del plenum de Parménides,
un postulado del siglo quinto A.C.; lo que fue, lo que es, y
lo que será debe existir desde el momento del Big Bang y
continuará existiendo eternamente. ¿Cómo sino podría uno
viajar al pasado o futuro? ¿Cómo podría verificarse esa
posibilidad?
Hay también otras
hipótesis. Los científicos dicen que el continuo
espacio-tiempo puede ser distorsionado por los agujeros negros
que giran a velocidades enormes transformándose en agujeros de
gusano. Tales agujeros de gusano podrían causar que "el
espacio se doblara para atrás sobre sí mismo" condensando un
viaje de mil millones de años-luz en un día viaje sin exceder
la velocidad de la luz. Tal idea, sospecho yo, no tiene
sentido para la mayoría de nosotros. Incluso los científicos
necesitan varios años para sentirse cómodos con ella – lo cual
no comprueba nada. Si es verdad, sin embargo, los
extraterrestres podrían pasar por nuestro espacio y tiempo a
voluntad. ¿Improbable? Quizás. Debo admitirlo, yo diría que es
un "99.9% improbable". No obstante, ésa no es ninguna razón
para que la hipótesis comprobable no deba ser investigada
considerando cuánto en idioma matemático, como herramienta, ha
avanzado nuestra civilización. No nos olvidemos que mucho de
nuestro conocimiento actual fue una vez objeto de burla y
escandalosamente ridículo.
Einstein también
supuso, aunque no se ha verificado inequívocamente, que
nada puede moverse más rápidamente que la velocidad de luz.
Todavía, algunos científicos están dándole vueltas a la idea
de que es posible exceder su límite. Ellos postulan que las
partículas taquion deben exceder la velocidad de la luz
para continuar existiendo. Y han dado a entender que pueden
haber encontrado una partícula tal. ¿Por qué no deberíamos
nosotros, entonces, investigar esa posibilidad, por más
improbable que pueda parecer? Si una hipótesis tal es de hecho
válida, civilizaciones cien mil años más adelantadas que
nosotros casi seguro habrían hecho estos descubrimientos. Y
podrían incluso haber desarrollado la tecnología para crear
agujeros de gusano en cualquier momento y lugar que ellas
escojan.
Personalmente, soy
escéptico sobre las hipótesis de agujeros de gusano y viajes
en el tiempo de hoy en día porque el idioma relacionado a
ellas no es comprobable. Tales ideas se derivaron a través del
cómputo conceptual y matemático, lo cual no debe ser
confundido con la observación material. En primer lugar, la
presión de la fuerza en el agujero del gusano nos comprimiría
a una punta de alfiler o nos disgregaría en una nube de
partículas subatómicas.
Según los grandes
pensadores como Albert Einstein, Godfrey H. Hardy, y Bertrand
Russell, todo el poder de los conceptos matemáticos no
describe de hecho el Universo o algo en él. Una de las
debilidades de la ciencia es que científicos tienden a ignorar
los límites de la matemática. Ellos combinan su idioma con "el
conocimiento" deducido acerca de la naturaleza de lo
que existe más allá de las facultades de percepción de
nuestros sentidos. Se olvidan de que sus leyes son sobre
nuestras percepciones del mundo material, debidamente
supuestas, yo me apresuro a agregar, para existir.
Por ejemplo, trate
de definir el número uno sin razonamiento circular o agregar
un cuarto de agua a un cuarto de alcohol y descubra que usted
no tiene dos cuartos de líquido. Los números son sólo el
idioma de la ciencia - herramientas que nosotros usamos en
la vida cotidiana. No son hechos materiales que andan por ahí
en el Universo. Ellos " existen" sólo en las mentes de los
seres inteligentes. Éste no es el caso con la hipótesis del
antiguo astronauta. Ésta es comprobable.
Como usted sabe,
los científicos admiten ahora sin problema no sólo la alta
probabilidad de que haya civilizaciones extraterrestres sino
que algunas de ellas pueden ser superiores a la nuestra. Sigue
lógicamente entonces que siendo nosotros mismos una
civilización que viaja por el espacio por un corto período de
tiempo, las civilizaciones extraterrestres con superior
conocimiento científico deben de estar considerablemente mucho
más avanzadas, sobre todo en materia de viaje espacial. Y, al
contrario de Sagan, también se deduce que los antiguos
astronautas existen, aun cuando ellos no hayan visitado la
Tierra. Por eso, incluso nosotros tenemos un poco de ellos,
aquí en la Tierra, como los primeros miembros de nuestro
programa espacial. No olvidemos, sin embargo, que la
conciencia actual de la posible existencia de inteligencia
extraterrestre no fue despertada por los trabajos de Platón,
los científicos, la ciencia-ficción, los libros religiosos, u
otros cuentos mitológicos. Aunque existen muchas alusiones
antiguas y del siglo veinte a los seres extraterrestres, hasta
hace unas décadas, la referencia a tal idea sólo estaba
disponible más que nada para los estudiosos de la mitología y
los aficionados a la ciencia-ficción. También, fue recién
alrededor de 1980 que los medios de comunicación empezaron a
publicar, con sorna, los informes de avistamientos de UFOs,
auténticos o sospechosos.
En conclusión,
entonces, el crédito le pertenece a usted que considera el
concepto lo bastante serio como para organizarse y dedicar la
mayor parte de su vida a estudiar, a investigar, y a buscar
evidencia para la hipótesis. Son los escritos de los teóricos
del antiguo astronauta de las últimas décadas, sobre todo
aquellos de Erich von Däniken y la popularidad de su
Chariots of The Gods (Recuerdos del Futuro),
registrado en 1969, que fomentaron el conocimiento en el
mundo hacia la alta probabilidad de que no estamos solos en el
Universo. Usted ha soportado y continúa soportando a aquéllos
que afirman saber rotundamente, como hicieron los uniformados
del pasado que creyeron que la Tierra era el centro del
Universo, que estamos solos en la inmensidad de
espacio.
Con el mismo
espíritu de sus antepasados, no obstante, los escépticos
todavía sostienen que la hipótesis del antiguo astronauta no
tiene mérito. Es importante que usted continúe trabajando para
acumular, presentar, y persuadirlos a estudiar lo que por
cierto parece ser la evidencia de que hay civilizaciones
extraterrestres y que nosotros probablemente hemos sido
visitados por ellas, una tarea que, al parecer, sólo usted
está dispuesto a apoyar y llevar a cabo.
EL AUTOR
es doctor en filosofía egresado de la Columbia University (EUA).
Es
fundador y presidente de The National Council for Critical
Analysis, y editor de The Journal of Critical Analysis
y The Journal of Pre-College Philosophy.
Ha publicado gran número de
libros y artículos, algunos de ellos relacionados con la
hipótesis del antiguo astronauta.
©
Pasqual S. Schievella – Derechos reservados.
Traducido y publicado con autorización expresa del autor.
Prohibida su reproducción sin permiso del autor.
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