Publicación exclusiva sobre la hipótesis de las paleovisitas extraterrestres
CONTCTO
 

PLASMA, EXPLOSIONES SOLARES, Y EL FINAL DE LA ÚLTIMA EDAD DE HIELO

Potentes fenómenos de plasma

debidos a las explosiones solares

habrían ejercido gran influencia

en el remoto pasado del hombre


Dr. ROBERT M. SCHOCH

Dr. ROBERT M. SCHOCH

EUA

www.robertschoch.com

 

 

Hace 15.000 a 11.000 años la Tierra experimentó una serie de fluctuaciones climáticas. Frío extremo, con glaciares continentales que se extendían mucho más allá de lo que lo hacen hoy en día, pero el clima comenzó a calentarse. Sin embargo, las temperaturas de repente revirtieron y hubo un corto período frío, conocido como el Dryas Reciente, antes del calentamiento final y el fin oficial de la última Edad de Hielo.


En
 base a la información del núcleo de hielo de Groenlandia, el Dryas Reciente empezó y terminó de manera abrupta. Su inicio se remonta al 10.900 a.C., y su terminación (el calentamiento final) comenzó alrededor del año 9700 a.C. y puede haber ocurrido dentro de unos increíbles tres años; dada nuestra incapacidad para determinar los más finos detalles de algo que pasó hace mucho tiempo, es posible que haya sucedido de la noche a la mañana.


¿Cómo explicar este modelo de cambios climáticos bruscos? Una vez planteé la hipótesis de que los cometas fueron los responsables. Un cometa que golpea la tierra o un océano poco profundo, o que explota por encima de la superficie de la tierra, esparciendo polvo y residuos en la atmósfera, podría causar un enfriamiento global. Aunque el golpe inicial sucedería en un instante, se necesitarían varios años para que el enfriamiento alcanzara toda su extensión. Este modelo se ajusta bien con el enfriamiento en el 10.900 a.C. y hay evidencia de una explosión cometaria sobre América del Norte en esa época.


¿Qué pasa con el acontecimiento del calentamiento hacia el año 9700 a.C.? En los últimos años he especulado que los cometas que golpearon en océanos profundos fueron los responsables. Un cometa podría romper la delgada corteza oceánica, liberando calor del magma caliente de abajo. Agua vaporizada y desplazada llovería en la Tierra, y los tsunamis arrasarían las zonas costeras, calentando el planeta. Pero incluso con un cometa, o una serie de cometas, bombardeando los océanos, ¿podría el calentamiento suceder tan rápido como indican los núcleos de hielo de Groenlandia? No lo creo.
Pero, si no fueron los cometas, ¿qué?


Por extraño que parezca
, la escritura rongorongo de los indígenas de la Isla de Pascua puede tener la respuesta. Pero primero tenemos que considerar el concepto del cuarto estado de la materia: plasma. El plasma consiste de partículas eléctricamente cargadas. Los fenómenos de plasma conocidos en la Tierra hoy en día incluyen rayos y auroras, las luces del norte y del sur, y los fenómenos atmosféricos superiores conocidos como “duendes”. En el pasado, acontecimientos de plasma mucho más poderosos tuvieron lugar a veces debido a las explosiones solares y eyecciones de masa coronal (CMEs) desde el Sol, o posiblemente por las emisiones de otros objetos celestes. Potentes fenómenos de plasma pueden causar fuertes descargas eléctricas al golpear la Tierra, haciendo  arder e incinerando materiales sobre la superficie de nuestro planeta. El físico de plasma de Los Álamos Dr. Anthony L. Peratt y sus asociados han establecido que los petroglifos encontrados en todo el mundo registran un intenso acontecimiento (o acontecimientos) de plasma en la prehistoria.

 

 

     

Las ilustraciones de plasma y petroglifos son cortesía del Dr. Anthony L. Peratt y son utilizadas con permiso otorgado al Dr. Robert M. Schoch. Fuente: Anthony L. Peratt, "Characteristics for the Occurrence of a High-Current, Z-Pinch Aurora as Recorded in Antiquity", IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers) Transactions on Plasma Science, diciembre de 2003, vol. 31, no. 6, pp. 1192-1214

 


El Dr. Peratt determinó que los potentes fenómenos de plasma observados en los cielos adquirirían formas características semejantes a figuras humanoides, seres humanos con cabezas de aves, formas de conjuntos de anillos o de rosquillas, y víboras o serpientes retorciéndose  - formas reflejadas en innumerables petroglifos antiguos. La escritura rongorongo de la Isla de Pascua, grabada en antiguas tablas de madera, está compuesta de formas similares a las de los petroglifos. Estudiándola en detalle (inspirado por mi esposa, Catherine Ulissey, la primera que se dio cuenta de la conexión), llegué a la conclusión de que las tablillas rongorongo de la Isla de Pascua (las tablillas que sobreviven son copias de copias de copias....) registran un acontecimiento importante de plasma en los cielos miles de años atrás. Esto, creo, fue el acontecimiento que trajo un cierre final de la última Edad de Hielo.

 

 

Escritura rongorongo de la Isla de Pascua. Tablilla y detalle.

 

Al golpear la superficie de la Tierra, el plasma podría calentar y fundir la roca, incinerar materiales inflamables, derretir las capas de hielo, vaporizar las superficiales masas de agua creando un prolongado diluvio de lluvia, y poner el clima en un período de calentamiento. La liberación de presión que sigue a la fusión de los miles-de-metros de espesor  de las placas de hielo puede provocar terremotos y causar incluso que la roca caliente bajo presión se funda y haga erupción a la superficie como volcanes. El mundo era un caos, y ese fue el escenario registrado por los petroglifos y los textos rongorongo.


El acontecimiento de plasma del 9.700 a.C. erradicó las civilizaciones avanzadas y altas culturas de la época, y la radiación que emanaba del plasma pudo haber afectado las capacidades mentales y psíquicas. Esta podría ser la base del mito casi universal de una Edad de Oro, una época en que los seres de la Tierra tenían capacidades mentales muy superiores a las de las ulteriores épocas. El acontecimiento del 9.700 a.C. puede ser la base original para las leyendas de la Atlántida; el período de tiempo encaja bien con el relato de Platón.


Las descargas eléctricas y de plasma que golpeaban la superficie de la Tierra pueden haber sido responsables de la vitrificación (transformación en vidrio ordinario) de las antiguas estructuras de piedra que se ven en algunas partes del mundo, tales como diversas fortificaciones en Escocia (a la derecha, el plano de planta de una antigua fortaleza escocesa - la vitrificación se muestra por el sombreado oscuro). Las personas temían por sus vidas;  buscaron refugio en cuevas, bajo los acantilados, en viviendas construidas de gruesa piedra o talladas en las laderas. Quizás Göbekli Tepe fue enterrado intencionalmente en un intento de protegerlo de los acontecimientos de plasma en curso, como sugiero en mi nuevo libro. La humanidad fue arrojada a una edad oscura durante miles de años, sólo para resurgir (en medio de monumentos megalíticos que pertenecen a un período muy anterior) con recuerdos dispersos y nacientes capacidades.

 

 

 

Nota del editor: Para mayor información sobre esta muy interesante investigación, sugerimos la lectura del último libro del Dr. Robert M. Schoch, Forgotten Civilization: The Role of Solar Outbursts in Our Past and Future.

 

 

EL AUTOR  es, desde 1984, profesor en la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Boston. Entre sus muchos títulos académicos se cuenta su doctorado en Geología y Geofísica de la Universidad de Yale. Es mundialmente conocido por su revolucionaria teoría de que la erosión que presenta la Gran Esfinge de Egipto se debió a los efectos del agua y no del viento y la arena, y lleva publicados varios libros como autor y coautor; entre ellos: Voices of the Rocks; Voyages of the Pyramid Builders; Pyramid Quest y, el último, Forgotten Civilization: The Role of Solar Outbursts in Our Past and Future.

 

 

 

© Robert M. Schoch, 2010 – Todos los derechos reservados

Traducido y publicado con autorización expresa del autor.

Traducción al español: César Reyes de Roa / antiguosastronautas.com

Prohibida su reproducción sin permiso del autor