Publicación exclusiva sobre la hipótesis de las paleovisitas extraterrestres
CONTCTO
 

LA PARADOJA DE SETI

   

La transmisión de mensajes

interestelares es de suma

importancia para establecer

Contacto con otras civilizaciones

y romper el Gran Silencio del

Universo.


ALEXANDER ZAITSEV

Dr. ALEXANDER  ZAITSEV

Rusia

alzaitsev@yahoo.com

 

 

Abstract

 

Dos tendencias opuestas coexisten paradójicamente en la conciencia terrestre - la insistente búsqueda de señales inteligentes de otras civilizaciones y la persistente aversión a cualquier esfuerzo por transmitir tales señales desde la Tierra hacia probables seres inteligentes. De ser típicas en todo nuestro Universo, tales manifestaciones de inteligencia harían de la búsqueda de otras civilizaciones algo totalmente sin sentido.

 

 

Introducción

 

La búsqueda en la Internet de la combinación de palabras “Paradoja de SETI” arroja dos grupos de resultados separados e interrelacionados - SETI y Paradoja de Fermi. Aquí, nos enfocamos en “la Paradoja de SETI”- en esta incomprensible esperanza de encontrar inteligencia extraterrestre mientras permanecemos casi absolutamente en silencio. Sin embargo, nada más que objetos naturales pueden encontrarse en un Universo donde hay sólo “buscadores” y ningún “remitente”.  De los tres componentes de la tríada clásica

“Universo, Vida, Mente” que Shklovskii (1962) introdujo en el uso científico y público, no podemos decir ahora nada en firme sobre la mente y su posible diversidad o, por el contrario, igualdad. Nosotros sólo podemos formular diferentes hipótesis, como, por ejemplo, la de Arthur C. Clarke que dijo: “… es casi evidente que la inteligencia biológica es una forma baja de inteligencia. Nosotros estamos en la fase temprana de la evolución de la inteligencia, pero en la última etapa de la evolución de la vida. Es improbable estar viviendo la verdadera inteligencia.”

 

La conciencia planetaria de la Tierra bien puede ser única y así puede ser la conciencia planetaria de cada civilización extraterrestre. Y todas las conciencias planetarias en sus maduras manifestaciones globales - internas y externas – pueden bien ser sombríamente  monótonas, y este mismo hecho puede explicar el Gran Silencio - porque una actitud únicamente pasiva/receptiva hacia el Cosmos sea quizás característica de todos, y no sólo nuestra - todos intentan recibir y nadie está dispuesto a dar…

 

Nosotros sugerimos introducir - además de los términos comunes tales como ETI = Inteligencia Extraterrestre y SETI = búsqueda de ETI - un nuevo término, METI = mensajes a ETI, que utilizamos para señalar fundamentalmente un nuevo tipo de actividad humana – la transmisión de mensajes a hipotéticos seres inteligentes. Algunos pueden sostener que SETI es también un nuevo tipo de actividad. Por supuesto, es nuevo, pero no fundamentalmente nuevo - la humanidad ha estado mirando siempre el cielo con la esperanza de encontrar algo allí. Y en cuanto a transmitir a una probable ETI y hacerlo con determinación - este tipo de actividad está ahora recién en sus primeras etapas (Zaitsev, Chafer, Braastad, 2005) y no está de ninguna manera claro en absoluto si tiene algún futuro…

 

Shvartsman escribe en su artículo ya clásico, “Search for Extraterrestrial Civilization – A Problem of Astrophysics or of the Entire Culture?” (1986): “… no sabemos por qué las transmisiones deben ser hechas…” y “… la ciencia es una actividad dirigida a adquirir nuevo conocimiento sobre el mundo. Sin embargo, los mensajes interestelares no implican de ninguna manera el obtener nuevo conocimiento para los que los transmiten (el mensaje y la contestación están separados por varios miles de años).”

 

En efecto, ¿por qué nosotros debemos transmitir un mensaje a Otros? Está más o menos claro por qué nosotros debemos buscar los mensajes de los Otros. ¿Pero por qué transmitir? ¿Para qué? De hecho, Shvartsman señaló que esto no nos dará ningún nuevo conocimiento. Debemos intentar entender  “… por qué deben ser hechas estas transmisiones…” - por nosotros o por las ETIs…

 

 

¿Universalidad de la conciencia?

 

¿Cómo es de universal la conciencia? Hasta ahora han estado faltándonos datos experimentales pertinentes. Sólo hay disponible una sola medición - la comprensión terrestre de la conciencia. El objetivo de SETI es intentar averiguar si la conciencia es universal o no. Una descripción completa del universo según lo analizado por Linde (2003) - “¿es posible que la conciencia, como el espacio-tiempo, tenga sus propios grados intrínsecos de libertad y que la desatención de éstos lleve a una descripción del universo que es esencialmente incompleta?”  - es hasta ahora imposible de lograr - nosotros no sabemos cómo encaja la conciencia en la descripción del Universo - como algo único, o como un fenómeno universal. Y no es inconcebible que nadie en todo el Universo sepa esto - el Universo está en silencio y aun cuando haya otros solitarios centros de conciencia en alguna otra parte (Grinspoon 2003), SUS físicos deben de enfrentar el mismo problema - cómo colocar la conciencia en la descripción del Universo - como un fenómeno singular o universal. En este sentido, la tarea de METI es intentar contestar la pregunta de si la conciencia es universal - y esta respuesta será muy importante para los OTROS…

 

Del mismo modo, el Principio Antrópico Participativo (PAP) formulado por John Wheeler en 1983 - “los observadores son necesarios traer el Universo a la existencia”- es incompleto en el sentido de que el Universo que nosotros observamos ahora es un Universo Silencioso, un Universo de observadores, en tanto que la verdadera participación en la escena del Universo no puede limitarse a la mera contemplación. Uno puede hablar sobre verdadera “participación” cuando esta “participación” se vuelve NOTABLE por un observador distante.

 

El Principio Antrópico Participativo de Wheeler debe complementarse por consiguiente con la siguiente declaración: “los remitentes son necesarios para traer la conciencia al Universo.” Así que, la participación de remitentes transformaría la conciencia del observador del Universo en una conciencia que reconoce un Universo que está habitado por al menos dos inteligencias separadas (por ejemplo, dos civilizaciones). A su vez, esta transformación de la conciencia del observador representaría en sí misma una contribución a la existencia.

 

En otras palabras, desde una perspectiva ontológica, los remitentes ayudarían a los observadores a entender mejor la verdadera naturaleza del ser (suponiendo, claro, que el Universo esté habitado), y, en el proceso, cambiar la misma naturaleza del ser, es decir, a un estado donde la existencia de vida extraterrestre sea confirmada.

 

 

La Ecuación de Drake con el coeficiente de METI

 

La Ecuación de Drake clásica es el producto de siete parámetros que estiman el número de civilizaciones extraterrestres potencialmente perceptibles en nuestra Galaxia:

 

N = R* × fp × ne × fl × fi × fc × L

 

Donde:

 

N = el número de civilizaciones potencialmente detectables en la galaxia Vía Láctea,

R* = el ritmo de formación de estrellas en la galaxia,

fp = la fracción de aquellas estrellas con sistemas planetarios,

ne = el número de planetas por sistema solar que son adecuados para la vida,

fl = la fracción de aquellos planetas donde la vida realmente aparece,

fi = la fracción de lugares con vida donde se desarrolla la inteligencia,

fc = la fracción de planetas comunicativos (aquéllos  en los cuales se desarrolla la tecnología de comunicaciones electromagnéticas ),

L = el “tiempo de vida” durante el cual tales civilizaciones transmiten señales detectables al espacio.

 

Esta ecuación tiene en cuenta muchos factores, pero no todos. A saber, omite la fracción de la emisión de los “planetas inteligentes,” es decir, planetas que están, como nuestra Tierra, en la etapa comunicativa de su existencia, y al mismo tiempo “traen” la conciencia al Universo transmitiendo resueltamente señales inteligentes al mundo exterior. La valoración de esta fracción de ninguna manera es simplemente una cuestión de ociosa curiosidad dada la actitud de nuestra conciencia planetaria hacia tales “traedores”

 

Aquí estamos hablando de “METI-fobia”. Ésta apareció inmediatamente después haber sido enviado el primer radiomensaje interestelar de Arecibo el 16 de noviembre de 1974. El laureado Nóbel Martin Ryle publicó por entonces una protesta donde advertía: “… cualquier criatura allí afuera puede ser malévola o hambrienta…” y pidió una prohibición internacional a ser impuesta sobre cualquier intento de establecer Contacto y transmitir  mensajes desde la Tierra a hipotéticos ETIs.

 

La Academia Internacional de Astronáuticas (IAA) adoptó entonces una Declaración (1989) requiriendo la restricción de tales actividades. Así, el párrafo 8 de esta Declaración dice: “Ninguna respuesta a una señal u otra evidencia de inteligencia extraterrestre debe ser enviada hasta que hayan tenido lugar las apropiadas consultas  internacionales. Los procedimientos para tales consultas serán objeto de un acuerdo, declaración o arreglo separado.”

 

Seis años después, el Grupo de Estudio Permanente de SETI de la IAA presentó un Anteproyecto de Declaración (1995) que plantea que una decisión sobre enviar o no un mensaje interestelar debe ser aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Algunos investigadores aplican los conceptos de “civilización pacífica” y “civilización agresiva” y sugieren que sólo debemos contestar señales que vengan de una civilización pacífica - una actitud que daría lugar en última instancia a la total denegación para emitir cualquier señal. La razón: un mensaje de una civilización extraterrestre pacífica a la cual se nos permite contestar es imposible de distinguir de un mensaje de una civilización agresiva, pero auto codificada, a la que no debemos responder. Y dado que nosotros podremos desarrollar escasamente cierto criterio para juzgar el altruismo de una civilización extraterrestre que satisfaga a todos aquellos quienes temen las posibles consecuencias negativas de la comunicación, sería también imposible no sólo iniciar, sino incluso contestar los mensajes interestelares. Nuestra civilización estaría condenada al eterno silencio.

 

A diferencia de la prensa de lengua inglesa, que ha estado discutiendo continuamente la METI-fobia, los artículos sobre este asunto raramente aparecen en los medios de comunicación rusos. Una de las más recientes campañas internacionales involucra una serie de artículos puestos en el sitio de la Liga SETI y la adopción de la llamada “Escala de San Marino” en la conferencia “Nosotros y SETI”, celebrada en San Marino en 2005. Esta escala, como la Escala de Richter para los terremotos, significa clasificar los mensajes de radio interestelares a ETI por el grado de riesgo. Sin embargo, la Escala de Richter evalúa terremotos reales que ya han ocurrido, mientras que la Escala de San Marino evalúa consecuencias hipotéticas, improbables.

 

En este contexto, es de particular interés la opinión de tales miedos y prohibiciones expresada por Paul Shuch, Director Ejecutivo de la Liga SETI: En 1998 él dio la siguiente respuesta a nuestra encuesta de Internet que nosotros dirigimos durante el período que precedía a la transmisión de radio interestelar Cosmic Call 1999: “No soy un adherente de tal filosofía aislacionista (léase paranoica)”.

  

Nuestra comprensión de este problema proviene de ciertos “dobles estándares” (no en el significado común, negativo, de esta combinación de palabras): la gente teme que Algo  súper poderoso y agresivo - como los imperios malignos que se encuentran en los modernos relatos de ciencia ficción como “Star Wars” - ya sepa de nosotros, o se dé  cuenta inevitablemente de nuestra presencia. En esta visión, no hay escape de este destino. Ellos nos encontrarán, ante todo, por las emisiones de radio de las docenas de radares militares de EE.UU. y Rusia, que están en el centro de los sistemas de alarma nacionales de ataque de misiles, que han estado operando continuamente 24 horas al día desde  comienzos de los años 1970 (Morozov 2005). Nosotros debemos insistir en el Contacto con todas las civilizaciones imaginables como la nuestra, las cuales, encontrándose a gran distancia,  sólo pueden relacionarse transmitiendo y recibiendo señales electromagnéticas. Y es más, para ser detectados, nosotros debemos emitir mensajes direccionales y guiados hacia el cuerpo celestial escogido.

 

Sin embargo, debemos tener en cuenta la METI-fobia de las civilizaciones extraterrestres debida a las realidades actuales de la civilización de la Tierra. Con este fin, la ecuación de Drake debe ser complementada por el coeficiente METI fm (Zaitsev 2005):

 

N = R* × fp × ne × fl × fi × fc × fm × L

 

 

donde  fm – la fracción de civilizaciones comunicativas (civilizaciones METI), es decir, las civilizaciones con clara conciencia planetaria no paranoide, que en efecto produce  mensajes interestelares planeados y dirigidos. Como fue arriba expresado, estar en una fase comunicativa y emitir mensajes METI no son la misma cosa. Por ejemplo, nosotros, aunque estamos en una fase comunicativa, no somos una civilización comunicativa: No practicamos actividades tales como la transmisión deliberada y regular de mensajes interestelares.

 

Nosotros podemos tratar de calcular el coeficiente METI fm para la única civilización conocida, la terrestre. Como señalamos anteriormente, nuestra civilización está de hecho en la fase comunicativa y lleva a cabo en efecto actividades de SETI. Sin embargo, nuestra proporción de METI/SETI es menor al uno por ciento: estos datos surgen de la revisión de Jill Tarter publicada recientemente en la colección de artículos “SETI-2020” (Tarter 2003). Ésta enumera 100 diferentes programas SETI comenzando desde el primer proyecto OZMA hasta nuestros días. El tiempo total de búsqueda es de varios años, mientras que el tiempo total de transmisión es de sólo 37 horas (Zaitsev 2006). Esto describe la actitud de los investigadores. No obstante, también debemos tener en cuenta la METI-fobia inherente a la conciencia planetaria como un todo. Y por consiguiente, si evaluamos el coeficiente del fm basado en la única civilización conocida (y nosotros somos apenas peculiares si no estamos solos), encontramos que tiende a cero y, por consiguiente, lo mismo debe ser verdad para el número de civilizaciones extraterrestres potencialmente detectables. De ahí, la Paradoja de SETI: “La búsqueda no tiene sentido si nadie siente la necesidad de transmitir…”

 

En otras palabras: “SETI tiene sentido solamente en un universo con propiedades tales que desarrollen la inteligencia para comprender la necesidad no sólo de llevar a cabo búsquedas, sino también de transmitir señales inteligentes a otros hipotéticos sitios con conciencia de identidad”.

 

Sería posible establecer Contacto si uno de los rasgos distintivos de la Inteligencia en nuestro Universo fuese la necesidad misionera de llevar a los alienígenas las Buenas Noticias de que ellos no están solos en el espacio. Dadas las enormes distancias y, por consiguiente, el largo tiempo de propagación de las señales, las comunicaciones deben ser principalmente unidireccionales - nuestros destinatarios reciben nuestros mensajes, y nosotros, a su vez, descubrimos a aquéllos que nos han escogido como sus destinatarios. Así es cómo el Universo en una cierta fase de su desarrollo aparece para los observadores como habitable. De otro modo, los centros de inteligencia están condenados a seguir siendo solitarias e inadvertidas civilizaciones.

 

Y para concluir, permítasenos volver al principio y mencionar la cita clásica del trabajo de Cocconi y Morrison (1959): “La probabilidad de éxito es difícil de estimar, pero si nunca investigamos la oportunidad de éxito es cero.”

 

El argumento anterior es, por supuesto, verdadero. No obstante, el descubrimiento accidental como resultado de observaciones astronómicas rutinarias también es posible. Sin embargo, esto sólo puede pasar si allí existen civilizaciones extraterrestres que realmente envían mensajes interestelares. Por consiguiente, en este contexto el argumento anterior puede ser reformulado: “La probabilidad de éxito es difícil de estimar, pero si nadie transmite la oportunidad de éxito es en principio cero.”

 

Y nosotros podemos formular la siguiente tesis implicada por la Paradoja de SETI: “Solamente el que está superando el Gran Silencio merece oír la voz del Universo.”

 

 

 

 

Agradecimiento:

Agradezco a Richard Braastad sus valiosos comentarios sobre el original.

 

Referencias:

Cocconi G. and Morrison P., 1959. Searching for Interstellar Communications. Nature,

184, No 4690, 844, http://www.coseti.org/morris_0.htm

Declaration of Principles Concerning Activities Following the Detection of Extraterrestrial

Intelligence, 1989, http://www.setileague.org/iaaseti/protdet.htm

Draft Declaration of Principles Concerning Sending Communications with Extraterrestrial

Intelligence), 1995, http://www.setileague.org/iaaseti/reply.htm

Grinspoon D., 2003, “Lonely Planets”, ECCO, Harper Collins Publichers.

Linde A, 2003. Inflation, Quantum Cosmology and the Anthropic Principle,

http://arxiv.org/abs/hep-th/0211048 .

Morozov V. G., 2000. “The All-Seeng Eye of Russia”, Nezavisimoe Voennoe Obozrenie,

No 13 (186), 14.04.2000 (in Russian), http://nvo.ng.ru/wars/2000-04-14/4_sprn.html

Participatory Anthropic Principle (PAP),

http://ourworld.compuserve.com/homepages/rossuk/c-anthro.htm

Shklovskii, I. S., 1962. Vselennaia, Zhizn, Razum (Universe, Life, Mind). Moscow:

Nauka (in Russian).

Shvartsman V. F., 1986. Proceedings of Tallinn SETI Symposium, Moscow: Nauka (in

Russian)

Tarter J., 2003, “SETI 2020: A Roadmap for the Search for Extraterrestrial Intelligence”,

eds.: Ekers R. D., Billingham J., Cullers D. K., Schefer L. K., Zajdel T. T., SETI Press.

Zaitsev A., Charles M. Chafer, and Richard Braastad, 2005. Making a Case for METI.

Search Lites, v. 11, No 2, Spring 2005, p. 15,

http://www.setileague.org/editor/meti.htm

http://www.cplire.ru/html/ra&sr/irm/Making_a_Case_for_METI.html

http://lnfm1.sai.msu.ru/SETI/koi/articles/DrakeEquation.htm

Zaitsev A. L., 2005. The Drake Equation: Adding a METI Factor. SearchLites, vol. 11,

No 2 – Spring 2005, 5, http://www.cplire.ru/html/ra&sr/irm/Drake_equation.html

Zaitsev A. L., 2006. Messaging to Extra-Terrestrial Intelligence,

http://arxiv.org/abs/physics/0610031

 

 

 

EL AUTOR es Ingeniero y Astrónomo. Se desempeña como Jefe Científico del Instituto de Radio Ingeniería y Electrónica de la Academia de Ciencias de Rusia; dirige el equipo de mensajes interestelares del Yevpatoria (Evpatoria) Deep Space Center y es Coordinador Regional para Rusia de la Liga SETI.

 

Nota: para contactar al autor vía email, los interesados deben indicar SETI en el asunto.

 

 

 

© Copyright Alexander Zaitsev, 2010. Todos los derechos reservados

Traducido y publicado con permiso expreso del autor.

 

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