¿Quién es la Gente Hormiga?
Por todo el sudoeste americano encontramos petroglifos
(grabados sobre piedra) o pictografías (pinturas sobre
piedra) que representan entidades con largos y delgados
cuerpos, ojos grandes, y cabezas protuberantes desde las que
a veces sobresalen antenas. Estas extrañas figuras aparecen
frecuentemente en una “posición de oración”, sus codos y
rodillas puestos en ángulos rectos, semejante a la
inclinación de las patas de las hormigas.
¿Representan estos dibujos a una raza de Gente Hormiga?
¿Registran éstos en realidad antiguos encuentros entre
humanos y una especie alienígena?
¿Son las criaturas en verdad “alienígenas”, como aquellas
del UFO crash de 1947, cerca de Roswell, Nuevo
México? ¿O son alguna clase de anomalía de la criptobiología
originaria de nuestro planeta? Si no, ¿son entonces
manifestaciones meramente psicológicas - creaciones del
inconsciente colectivo? Examinemos la evidencia.
Petroglifos Hopi localizados en el norte de Arizona
Evidencia lingüística
“Aquellos que son de Orión”
es el aparente significado del término Nefilim del
Génesis 6:4 de la Nueva Biblia inglesa. Los investigadores
masónicos Christopher Knight y Robert Lomas afirman que la
raíz aramea de la palabra nephîliâ es un nombre para
la constelación. Los Nefilim, claro, son conocidos
para los lectores de Zecharia Sitchin. Este prolífico
estudioso traduce la raíz sumeria NFL (¡no la liga
del fútbol americana!) como “¡... aquellos que fueron
lanzados a la Tierra!” La versión del Rey James los llama
“los gigantes en la Tierra.” Justo antes del gran diluvio,
“los hijos de los dioses,” interpretados como ángeles caídos
o vigilantes, copularon con “las hijas de los hombres” para
engendrar estos gigantes. Puede ser más que una coincidencia
que Nefilim suene muy parecido a la palabra hebrea
nemâlâh, que significa hormiga. En este caso, la
morfología en lugar del tamaño es el factor principal.
Si los Nefilim son de hecho “de Orión,” la Gente
Hormiga realmente podrían ser aquellos que fueron lanzados
de los cielos, quizás del propio Orión.
Ya que la constelación asciende exactamente hacia el Este,
uno podría pensar que el nombre Orión proviene de la palabra
oriente. En realidad, se forma suprimiendo la “m" inicial de
la raíz indoeuropea morui. Asombrosamente, esta
palabra significa hormiga. Quizás la constelación fue
llamada así a causa de que su antropomórfica cintura
estrecha hace pensar en el insecto.
El término Hopi para Orión es Hotòmqam, que
literalmente quiere decir “para colgar” (como las cuentas en
un cordel) o “tres”. Esto podría hacer referencia a las
tres estrellas del cinturón de Orión pero también a la
forma tripartita de la hormiga: la cabeza, el tórax y el
abdomen. Estas lustrosas secciones como cuentas del cuerpo
de la hormiga pueden tener su equivalente celestial en la
que los Hopi consideran la constelación más importante de
los cielos. La aparición de Orión a través de las trampillas
en lo alto de los kivas de los Hopi (las cámaras de oración
semi-subterráneas) todavía sincroniza muchas sagradas
ceremonias anuales.
Kiva en San Ildefonso Pueblo, Nuevo México. Los kivas de los
antiguos
Hopi eran redondos como éste, pero después se volvieron
rectangulares.
Como arriba...
Cuando Orión domina los cielos invernales, las hormigas
están en lo profundo de sus propios “kivas” (colinas).
Aunque esto parece contradictorio, el cenit y el nadir
realmente son un eje shamánico que comprende el mundo
subterráneo. Existen dos reinos separados en la cosmología
de los Hopi: la superficie de la Tierra como el sitio de la
actividad humana y una región combinada cielo/subterráneo
como la casa de los espíritus, en particular los kachinas.
(Para los Hopi un kachina es un espíritu enmascarado que
puede asumir la forma de cualquier objeto físico, fenómeno,
o ser viviente.)
Ambos, el montón de tierra de la hormiga con sus túneles
oscuros y los kivas con su sipapuni (un
agujero en el suelo que lo une simbólicamente al mundo
subterráneo) expresan el plano inferior. Este se arquea
paradójicamente hacia arriba por los cielos para servir como
casa a los espíritus de la estrella.
El dios Hopi de la muerte, la tierra, y el averno se llama
Masau'u. Como las hormigas, él posee el conocimiento
de la superficie de la Tierra y de las regiones chthonic.
Él lleva una máscara con agujeros de grandes ojos abiertos y
una boca grande. Su enorme cabeza calva se parece a una
calabaza, y su frente sobresale en una protuberancia. Sus
pies son largos como un antebrazo, y su cuerpo es gris. Este
color es esencial, puesto que su nombre viene de la palabra
Hopi maasi, que significa gris. De hecho, esta
descripción de la mitología Hopi está inquietantemente cerca
de las imágenes contemporáneas de los extraterrestres
Grises.
Masau'u
también es el equivalente terrestre de Orión, cuyo nombre,
como dijimos, significa hormiga. Los Hopi creen que las
distancias son insignificantes para Masau'u ya que
él puede atravesar toda la Tierra antes de que llegue la
mañana. ¿Qué mejor manera hay para expresar el movimiento de
Orión desde el Este al horizonte occidental durante la
noche?
Figura
adaptada de una ilustración de Petra Roeckerath,
Stories of Maasaw, A Hopi God, Ekkehart Malotki and
Michael Lomatuway'ma, University of Nebraska Press, Lincoln,
1987
La palabra Hopi para hormiga es anu. En el mismo
idioma naki quiere decir amigo, plumas de oración,
ofrendas de comida, o arena - un nexo de conceptos que
pertenecen a este insecto que a veces vuela. Una combinación
de las dos palabras
(anu-naki, o “amigo hormiga”) puede relacionarse con
el Anunnaki de Sitchin. El dios del cielo babilónico también
se llamaba Anu. Un cilindro sumerio de alrededor del
2250 A.C. muestra el panteón de deidades principales
llevando sombreros de pico. El dios Hopi del cielo
Sotuknang, estrechamente asociado con el dios de la
Tierra Masau'u, también lleva un tocado puntiagudo.
Como sus colegas de Medio Oriente, estas divinidades indias
americanas estuvieron presentes en la creación del Universo
y continuaron jugando un papel decisivo en el desarrollo de
la cultura.
Anu
(o Danu) también era la denominación de la diosa madre
céltica y patrona de la muerte. Además, Anu era otro
nombre de la ciudad egipcia de Heliópolis donde se guardaba
la piedra meteórica benben. Además, la palabra
egipcia anu no sólo significaba productos, ingresos,
o algo traído, sino también regalos, tributos, y ofrendas.
Esto hace referencia a la capacidad de las hormigas de
almacenar provisiones y a la veneración dada a la Gente
Hormiga. En cualquier caso, su influencia es global.
Evidencia mitológica
Las hormigas jugaron un papel crucial en la supervivencia de
los antiguos Hopi. Los grandes kivas de la Gente Hormiga
proporcionaron un santuario durante la destrucción del
Primer Mundo, o Primera Era, por el fuego (vulcanismo o
asteroides) y el Segundo Mundo por el hielo (glaciares).
[Por una posible ubicación de esto, ver en el sitio web de
Jack Andrews “Lost
City of the Dead in the Grand Canyon.”]
Sólo los miembros virtuosos de la tribu que seguían una
cierta nube de día y a cierta estrella de noche eran capaces
de encontrar al dios del cielo Sotuknang. Él decidió
salvar a estas “personas escogidas” que emigraban
conduciéndolas hasta la Gente Hormiga por protección.
A las hormigas se las describe como generosas y
trabajadoras, ofreciendo sustento a los Hopi cuando las
provisiones escaseaban y enseñándoles las ventajas del
almacenamiento de comida. De hecho, las hormigas tienen hoy
tales cinturas delgadas, continúa la leyenda, porque otrora
se privaron de alimentos. En otra versión de las primeras
eras, los Hopi mismos son descritos como hormigas cuando
estaban “abajo.” La palabra “abajo” alude al Kiva Hormiga y
al Primero y Segundo Mundo Subterráneo. El Tercer Mundo
anterior destruido por un diluvio también se conceptúa como
que está debajo de la tierra, considerando que nuestro
actual Cuarto Mundo está en la superficie de la Tierra.
Según un mito Hopi algo cruel sobre “porqué las hormigas son
tan delgadas,” muchas hormigas vivían al este de Toko'navi,
o Montaña de los Navaho cerca de la frontera de Arizona/Utah.
Estos insectos no son descritos a la manera alegórica de una
fábula de Esopo sino de un modo casi humanoide. Durante una
iniciación de la Sociedad Kachina, dos hormigas fueron
disfrazadas como los fieros gigantes Hu de los kachinas, y
azotaron a los niños hormiga tan duramente que éstos
terminaron casi cortados al medio, de ahí su delgadez. ¿Es
ésta otra referencia a “los gigantes en la Tierra?”
Las hormigas son también asociadas con la guerra o la caza.
Los Hopi creen que ambas características se relacionan con
Orión en particular y con las estrellas en general. Esta
tribu también conecta a las hormigas negras con la brujería.
La palabra Hopi Toko'anu (similar al nombre de la
montaña) significa literalmente hormiga carnívora, la gran
hormiga roja oscura con una picadura dolorosa. Por otro
lado, la Sociedad de la Hormiga Roja del Zuni, una tribu que
vive cerca de los Hopi, es asociada con la curación.
En Mesoamérica, el pueblo Maya, que comparte muchas
características culturales con los Hopi, relata leyendas de
hormigas parecidas a hombres que construyen ciudades de
piedra y caminos durante la Primera Creación (Mundo). Estos
seres peculiares poseyeron poderes mágicos y podían emplazar
las piedras en las posiciones arquitectónicas apropiadas
silbando simplemente.
El
arqueólogo J. Eric S. Thompson escribe: “Zayamuincob
puede traducirse como ‘los hombres torcidos ' o ‘los hombres
desarticulados, ' que hace pensar en una conexión con un
‘jorobado'. La palabra también puede relacionarse con zay,
‘hormiga' puesto que allí también hay una tradición Yucatec
[Yucatán Maya] de una antigua raza llamada
chac zay uincob,
‘los hombres hormiga roja'. Ellos eran trabajadores como
las hormigas que sacan la tierra roja y hacen caminos rectos
a través del bosque.”
La referencia a la joroba nos recuerda a Koko Pilau (Kokopelli),
el flautista jorobado. Esto es la omnipresente figura de la
fertilidad semejante a un insecto de los petroglifos del
Sudoeste.
Hormigueros celestiales
Cada febrero los Hopi celebran el Baile del Frijol dentro de
su kivas. Las fogatas se mantienen ardiendo continuamente,
convirtiendo estas estructuras subterráneas en casas
espléndidamente calientes. Este ritual puede conmemorar una
época cuando la Gente Hormiga le enseñó al pueblo Hopi cómo
hacer germinar frijoles dentro de las cavernas para
sobrevivir. Los kachinas Hu antes mencionados son parte
esencial de esta ceremonia para iniciar a los niños en la
Sociedad de los Kachina.
Las hormigas resuenan profundamente en nuestras psiques como
habitantes arquetípicos de mundos duales: el plano de la
Tierra y el Averno. La evidencia lingüística y mitológica
indica, sin embargo, que la imagen de antropoides semejantes
a hormigas es más que una reacción psicológica ante la
diminuta formica del mundo natural. ¿Por qué si no
los medios de comunicación masiva les darían
sistemáticamente a los ETs características de bichos? A
diferencia de los vagos fantasmas de los sueños, la Gente
Hormiga parece espantosamente real.
Si estas espeluznantes criaturas son una extinta o aislada
especie terrestre como Pie Grande o el Monstruo del Lago
Ness, todavía tenemos que descubrir algún esqueleto o
evidencia fósil de su pasada existencia.
Petroglifo en
Cottonwood Creek Ruin,
cerca del Homolovi State Park, Arizona.
¿Fue la Gente Hormiga (nemâlâh) realmente la progenie
(llamada Nefilim) de las mujeres que copularon con los
ángeles rebeldes? ¿Llegó a Arizona un emisario de Orión,
cuyo nombre significa hormiga, para convertirse en Masau'u,
el dios de los Hopi semejante a una hormiga? ¿Estaba la
Gente Hormiga dispuesta a salvar a los humanos virtuosos de
dos diferentes cataclismos naturales porque los primeros
veían en los últimos el reflejo genético de ellos mismos?
¿Eran los kivas semejantes a cuevas en las que los Hopi
encontraron refugio en verdad los hormigueros de los
Antiguos Seres de las Estrellas? Estas preguntas pueden ser
al final incontestables. No obstante, las implicaciones nos
mantienen intrigados.
EL AUTOR
es investigador independiente y escritor. Ha publicado
varios artículos en el campo de la hipótesis del Antiguo
Astronauta en diversas revistas especializadas y es además
autor de dos libros: The Orion Zone y Eye
of the Phoenix.
©
Gary A. David, 2002-2009 – Todos los derechos reservados
Traducido y publicado con autorización expresa del autor
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