Las interpretaciones de algunos artefactos de oro bellamente
trabajados hallados en tumbas de Colombia, Sudamérica, que
hacen pensar en aviones de alta velocidad, aparecieron por
primera vez en los libros (1, 2, 3) hace unas cuatro
décadas. Yo me interesé en esto (1) por los miembros de la
International Fortean Organization (INFO) a la cual
me había incorporado recientemente, y me intrigó el capítulo
sobre los “Pequeños Aviones de Oro.” También me asesoraron
sobre un artefacto tal en el Smithsonian de
Washington, D.C.
Mi vida laboral ha estado dedicada a la aeronáutica,
principalmente a los sistemas de propulsión. Yo llevé a cabo
un estudio bastante riguroso de la información sobre los
artefactos a través de libros, fuentes de museos y
correspondencia personal. Para 1974, había recabado lo que
creía era la más completa perspectiva general disponible en
ese momento y, es más, había formado mi propia
interpretación de lo que podrían representar los objetos.
También había examinado una publicación del Museo del Oro
(4) que me proporcionó un contexto para los artefactos.
Di una charla ilustrada para INFO en su Fortfest
anual de aquel año. Ésta fue publicada posteriormente en su
periódico (5). Hice una observación particular (aquí
reformulada para generalizar) y ofrecí una conclusión afín:
“Si cada pieza representa una máquina voladora, ésta no
parece poseer un sistema de propulsión.”
"En
general, los artefactos se asemejan más a vehículos de
suministro desde la órbita que aeronaves o transbordadores
espaciales."
Fue ya en 1999 que el Photographic Services Department
de la University of Maryland , College Park, tomó
las fotografías que acompañan este artículo. Los artículos
mostrados son réplicas en mi posesión. Ellos representan,
sucesivamente de izquierda a derecha, el artefacto de Bogotá
analizado en (1), una pieza del Field Museum de
Chicago, y un artefacto del Smithsonian Museum of Natural
History de Washington, D.C. Ellos invitan a la
inspección en relación con mi pregunta: ¿dónde están los
motores? La pregunta supone la aceptación del concepto de
que los artefactos simbolizan máquinas voladoras de alguna
clase, siendo lo más común aviones de alta velocidad.
Hay dos categorías de sistemas de propulsión a reacción
considerados aquí. El primero está basado en uno o más
motores de respiración de aire (air-breathing engines) como
el turbojet o turbofan, y el segundo consiste
en motores de cohete (rocket motors). Los sistemas de
propulsión de respiración de aire (air-breathing) requieren
conductos de entrada de aire que enfrentan la corriente de
aire que viene en dirección contraria, y todos los sistemas
requieren toberas de escape para descargar un chorro de
gases calientes a alta velocidad para generar la
propulsión.
Ninguno de los artefactos muestra algún indicio de motores
externamente montados. Eso nos da derecho a concluir que no
hay ninguno. Ahora tome en consideración un motor de
respiración de aire (air-breathing) montado dentro del
fuselaje entre la cabina de mando al frente y la aleta en la
parte posterior. Se vaciaría en la parte trasera del
fuselaje, pero no se ve allí ninguna tobera de descarga.
Tomaría el aire a través de una entrada o entradas
delanteras montadas por fuera del fuselaje. Ninguna entrada
por el estilo se muestra. Eso nos lleva a concluir que no
hay ningún motor de respiración de aire internamente
montado. Los motores de cohete (rocket motors) requerirían
sólo toberas de descarga, pero dado que no se muestra
ninguno, concluimos que no hay ningún motor de cohete.
Hay un indicador más para la ausencia de algún motor de
cualquier tipo colocado internamente. Con la configuración
dada en los artefactos, tal montaje descargaría un chorro de
gases calientes de alta velocidad directamente hacia la
aleta, con las predecibles terribles consecuencias. En
cualquier aplicación real la aleta mostrada tendría que ser
reemplazada con una aleta o un control aerodinámico
equivalente fuera del camino de la corriente de descarga.
Aun permitiendo la posible inclusión de pequeñas unidades de
maquinaria para propósitos especializados, y dejando de lado
la especulación con respecto a los conceptos de sistemas de
propulsión alternativos, resumimos ahora la respuesta a la
pregunta “¿dónde están los motores?” como sigue:
No hay ninguno,
…lo cual nos lleva
directamente al concepto de que
los artefactos representan más
precisamente vehículos de suministro desde la órbita
que aviones o transbordadores espaciales.
Referencias
1) Ivan T. Sanderson, “Investigating the Unexplained”,
Prentice-Hall, 1972.
2) Ivan T. Sanderson, “Invisible Residents”,
Avon Books, 1973.
3) Erich von Däniken, “The Gold of the Gods”, Souvenir
Press, 1973 (translation of original German edition).
4) Jose Perez de Barradas, “Orfebrería Prehispánica de
Colombia”, Part 4, Collection of the Museo del Oro, Madrid,
1974.
5) Stuart W. Greenwood, “Golden Models of Ancient
Spacecraft?”
The INFO Journal #21, January, 1977.
EL AUTOR
se encuentra actualmente retirado de su cargo como Program
Manager en la University Research Foundation establecida por
la Universidad de Maryland, EUA. Su experiencia comprende la
investigación y desarrollo de motores, la enseñanza de la
temática sobre propulsión en universidades de Inglaterra,
Canadá y los Estados Unidos, y como consultor privado. Sus
títulos académicos incluyen un doctorado en Ingeniería
Aeroespacial de la Universidad de Maryland. Lleva largo
tiempo interesado en la Hipótesis del Antiguo Astronauta.
© Stuart W. Greenwood, 2011 – Todos los Derechos Reservados
Traducido y publicado con autorización expresa del autor
Prohibida su reproducción sin permiso del autor.
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